Palabras sabias

"Y, si me besas, sólo la inesperada muerte de tus labios podrá ponerme triste"
José Manuel Díez

martes, 3 de noviembre de 2009

Noches de luna y candil





De la nuca del otoño prendo anzuelos de tu talle,
cuando arrasa la memoria hogueras de tinte y cante,
y una mirada vuela, vagabunda, al son de un mundo
despeinao de viejos poemas de amor.
Olvido, robas estrellas, nanas de este corazón.
Yo que vivo de los sueños, centinelas de los dos.
Que sin tu mano me quema la noche,
noches de luna y candil. Tan ciego, tan lejos de ti.
Agüita, riega los mares con el aire de la madrugá,
espinas y besos se los tragó la mar.
Viento, azota las candelas,
camino a la escuela volará otro abril.
Maldita esta letra que no sabe mentir.
Maldita esta letra que se olvidó de mí.
Del latido del recuerdo se alimenta el corazón,
y del barranco de los sueños cuelga triste mi canción,
que se desgarra cuando no la nombras
de un confín a otro confín,
tan ciego, tan lejos de ti.
Agüita, riega los mares con el aire de la madrugá,
espinas y besos se los tragó la mar.
Viento, azota las candelas,
camino a la escuela volará otro abril.
Maldita esta letra que no sabe mentir.
Maldita esta letra que se olvidó de mí.
Guardan mis huellas las doncellas de cantina al son
del aire que nos mece. Dejó la bruma tras la espuma de la sinrazón,
cobijo pa perderme. En este mar de dudas cada tarde tuvo la vida
al son de tus andares por la calle,
mata de nuestro camino, no volverlo a caminar.
Sueño cábalas de madrugada, polizón, quiebro de tu vestido,
trémolo de copla añil, noches de luna y candil.
El Desván del Duende 'Increíble, pero cierto'

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